Cada vez son más los ciudadanos preocupados por la salud vinculada a la alimentación. Como consecuencia, ha aumentado notablemente el volumen de información sobre nutrición y de expertos que la difunden.

Numerosos colectivos trabajan para dar respuesta a esta demanda ofreciendo información veraz y avalada científicamente, como los profesionales de la comunicación, del ámbito de la nutrición, la salud, la seguridad alimentaria, la investigación y la divulgación científica.

Ello no ha impedido una importante proliferación de bulos, mitos o fake news que circulan sin contrastar, especialmente en redes sociales, y que, en muchos casos, pueden ser nocivos para la salud. 

Para analizar el papel que debe jugar cada profesional en la lucha contra las noticias falsas y buscar soluciones que mejoren la información a la población, el primer encuentro THINKÓMODA de Comunicación en Nutrición ha reunido a periodistas, profesionales de la salud y la nutrición, académicos y divulgadores de contenidos de este ámbito.¿Cuál es el origen de los bulos?

José Miguel Mulet, catedrático en Bioquímica y Biología Molecular en la Universidad de Valencia, ha recalcado que surgen espontáneamente. “Lo sabemos porque siempre ha habido bulos: cuando Jenner inventa las vacunas, ya hay bulos en forma de caricatura. La diferencia es que ahora hay más medios para que los bulos circulen, especialmente Whatsapp”.

“Las redes sociales enganchan, y cualquier información cuestionable asociada a un alimento, como decir que el agua de limón cura el cáncer, la hace muy potente”, ha destacado Salomé García, periodista especializada en salud y nutrición y colaboradora de El País y La Vanguardia, entre otros medios.

Para Luján Soler, decana del Colegio de Dietistas-Nutricionistas de Madrid (CODINMA), en los medios y en las redes sociales “solo se habla de adelgazar, somos cortoplacistas”. Esta situación se repite con los denominados ‘súper-alimentos’, que ha calificado como “marketing que suele estar apoyado por un influencer”.

Inculcar espíritu crítico

“Vivimos en una sociedad totalmente polarizada y las fake news van de la mano de la vulnerabilidad de la gente, porque la gente tiene deseo de agarrarse a una buena noticia”, ha añadido Pablo Ojeda, nutricionista, miembro de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO) y colaborador en diferentes medios de comunicación. 

Desde su punto de vista, el conocimiento y la ciencia son lo que nos permite contar con más opinión. “Hay que cuestionarse todo lo que nos digan, pero las personas no quieren estar informadas, quieren ser informadas. Deberíamos inculcar el espíritu crítico desde niños”, ha opinado.

El papel de los algoritmos en los principales buscadores también ha sido analizado a lo largo de la jornada. Como ha recalcado Salomé García, “Google es como una abuela, solo te da lo que te gusta y vemos solo la parte del mundo que más nos gusta”. En este sentido, Laura García Merino, periodista especializada en ciencia en Maldita Ciencia ha subrayado que cada persona tiene su propio filtro “y solo queremos leer que lo que nos gusta nos va a hacer bien, cuando no siempre va a ser así”.

Bulos asociados a emociones

Para la periodista Raquel Alcolea, responsable de ABC Bienestar, muchos de estos bulos tienen en común “que se venden como verdades absolutas cuando en ciencia no hay certezas ni emociones primarias, como el miedo, la alegría o la felicidad, que es a lo que apelan los bulos”.
Este aspecto ha sido destacado por Pablo Ojeda. “El miedo vende, por eso creo que es mejor divulgar en positivo”, ha recomendado.
“Existe mucha volubilidad en cuanto a determinados alimentos y conductas y, si quiero comer carne, me voy a agarrar a que la carne es buena. Y siempre va a haber estudios y profesionales que lo avalen, no existe una pauta clara”, ha explicado Eva Corada, periodista de A tu Salud, de La Razón.

Por su parte, Mar Sevilla, redactora jefa de Diario Médico, Correo Farmacéutico y Cuídate Plus ha insistido en la responsabilidad, tanto de los profesionales como de los medios de comunicación. “Los que trabajamos en medios somos cada vez más conscientes, sobre todo comunicando en salud. No hay que complicar el mensaje, hay que adaptarlo y ponerlo fácil”, ha subrayado. 

¿Cómo combatir los bulos?

Para Luján Soler, la solución pasa por potenciar el networking y la creación de equipos multidisciplinares de divulgación en salud. “Por mucho que te especialices, siempre va a haber aspectos técnicos que los diferentes profesionales vamos a perdernos”, ha advertido.

“En Maldita Ciencia queremos ser rigurosos y, a la vez, ser útiles. La nutrición es algo cotidiano pero es muy complejo y todo el mundo tiene una opinión y la difunde en redes sociales. No hay una duda pequeña y, si tenemos un papel para solventarla, ahí vamos a estar. Ahora apostamos por incidir en la gente más joven en plataformas como TikTok o Twitch”, ha descrito Laura García Merino.

Jose Miguel Mulet ha insistido en que todos podemos combatir los bulos “difundiendo la buena información y, cuando detectemos la mala, cortar la cadena”. Otro problema que ha apuntado García Merino es que los bulos suelen provenir de gente en la que confiamos “y, por si acaso, lo compartimos. Hay que fomentar el sentido crítico y, si no sabemos de dónde viene, no compartir y buscar siempre la fuente”.

Rol de los divulgadores

Hablando de divulgadores, Ojeda ha señalado la gran diferencia que supone ver o no ver pacientes. “Hasta ahora, hemos visto los alimentos solo como nutrientes. Pero tenemos que ver la nutrición como cultura, como sociedad, como familia…”, ha propuesto. “No hay nada que sea buenísimo o malísimo, todo es un depende”, ha añadido Soler.

Otra solución, según Raquel Alcolea, es que los dietistas-nutricionistas “sean vigilantes y alerten a los periodistas” si ven una información que no sea objetiva. El riesgo, para Salomé García, es que frente al rigor de los periodistas, “se busca el clickbait”.

Por último, se ha debatido el papel del divulgador en los medios. “Respeto la figura del periodista: el dietista-nutricionista no debe ser periodista. Pero es una realidad, sobre todo en gente joven, usando las redes y llegando a una cantidad de personas impresionante”, ha recordado Luján Soler.

Ojeda ha señalado que hay “periodistas buenos y malos, como hay divulgadores buenos y malos. El que triunfa es el que da a la gente lo que quiere. Quizá debemos hacer autocrítica y preguntarnos por qué nosotros no llegamos”.

“Nuestra función, como periodistas, es hablar con el que sabe y ser capaz de traducirlo, si habla de manera científica. Y formarnos y tener tiempo, que nos falta muchas veces”, ha concluido Eva Corada.  

Génesis y difusión de la Fake news

Este encuentro impulsado por ThinKómoda se enmarca dentro de las diferentes acciones que desde Torres y Carrera se están llevando a cabo en torno al análisis de los procesos comunicativos y, en especial, a las fake news (desde su nacimiento, crecimiento y difusión, hasta las herramientas que nos ayudan a luchar contra ellas).

El análisis de la génesis de estas fake news es también el germen del Proyecto Culebras que Torres y Carrera lleva desarrollando junto a la Universidad Complutense desde 2020. Se trata de un experimento social para comprobar la capacidad de propagación que tienen los bulos en las redes sociales, pero que también pone sobre la mesa las posibles causas que, como sociedad, han llevado a que este tipo de noticias hayan proliferado sin trabas ni cortapisas.

Referencias

La Génesis de la Posverdad. Fake News: análisis de su vida útil en redes sociales. Por Torres y Carrera y la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid. https://torresycarrera.com/wp-content/uploads/2020/11/informe_tyc.pdf 

El Acoso a la Verdad. Por Torres y Carrera y la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid.  https://torresycarrera.com/wp-content/uploads/2021/11/elacosoalaverdad.pdfhttps://www.boe.es/doue/2018/131/L00008-00011.pdf