AESAN

Ana María López-Santacruz lleva seis meses al frente de Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) y prosigue con la línea de trabajo del fomento de una alimentación segura y saludable a la vez que sostenible con el medioambiente. Además, tiene como objetivo potenciar el liderazgo comunicativo de la agencia “tanto en el marco de la seguridad alimentaria como de la nutrición, teniendo como punto de partida una estrategia de comunicación recientemente aprobada y que quiere situar a esta agencia como referente informativo a nivel sectorial y para toda la ciudadanía”.

Como recalca, “estamos a la cabeza, junto con la UE, en cuanto a seguridad alimentaria se refiere y queremos que este sistema de evaluación y gestión siga funcionando como hasta ahora y se vea reforzado”. Otro de los pilares de la agencia es el fomento de una alimentación y estilos de vida saludables “y para ello se están desarrollando futuras regulaciones que nos permitan garantizar el acceso a la población a una alimentación segura, saludable y sostenible, con especial énfasis en aquellos sectores más vulnerables”.

López-Santacruz comenzó a trabajar, dentro de AESAN, en el Servicio de Gestión de Contaminantes. Lo recuerda como una experiencia “muy enriquecedora y que ha marcado mi forma de actuar los años que han venido después, tanto los temas como la gente con la tuve el placer de trabajar y con la que ahora coincido de nuevo: moldearon mi forma de afrontar los asuntos referidos a la gestión del riesgo en seguridad alimentaria”.

Centrándose en lo puramente científico, define el trabajo como “muy duro y con mucha responsabilidad. Pero muy satisfactorio cuando sabes que lo que haces contribuirá de manera notable a la protección de la salud de las personas consumidoras.  A muy grandes rasgos, consiste en establecer medidas de gestión del riesgo. Como, por ejemplo, límites máximos seguros para los contaminantes en los alimentos, recomendaciones de consumo para proteger poblaciones vulnerables, guías de buenas prácticas para reducir la presencia de contaminantes en los alimentos… basándolas siempre en una opinión científica e independiente de evaluación del riesgo”.

Ya no podemos considerar que un alimento es seguro si a su vez no es saludable y sostenible con el medioambiente

Carrera de fondo

Define este trabajo “como una carrera de fondo ya que tiene asociado mucho estudio de la sustancia, trabajo de procesado de datos recopilados desde otras unidades y desde el sector y largos debates a nivel de la Comisión Europea. La satisfacción final es colaborar con el resto de los Estados miembros para que la Unión mantenga unos elevados niveles de seguridad alimentaria”.

En cuanto al Real Decreto de Comedores Escolares Saludables, que entrará pronto en vigor, subraya que persigue facilitar el acceso a una alimentación saludable y sostenible en los centros educativos en condiciones de equidad, garantizando que las comidas del mediodía que se hacen sean variadas, equilibradas y adaptadas a las necesidades nutricionales de la población escolar. Se promueve el consumo de frutas y verduras, y también de pescado, legumbres y cereales integrales, además de limitar los alimentos precocinados. “Esta normativa supone, además, una mayor sostenibilidad medioambiental y económica ya que se van a favorecer los productos de temporada y los canales cortos de distribución”, añade.

También se está impulsando la regulación de la publicidad de alimentos no saludables. Entre otros aspectos clave señala que, aunque las causas del exceso de peso “son extensas y complejas, los comportamientos dietéticos de la población no pueden explicarse únicamente en términos individuales.

Hay consenso en la doctrina científica en afirmar que las influencias del entorno, como pueden ser la publicidad y el marketing alimentario, la venta de porciones más grandes del producto, la mayor disponibilidad de alimentos poco saludables o las características del entorno físico del barrio o la ciudad, desempeñan un papel importante en la configuración de las elecciones dietéticas”.

Por otro lado, señala que existe suficiente evidencia científica que demuestra que la publicidad de alimentos influye en las preferencias y hábitos alimentarios de la población, especialmente en las del público infantil. Como ejemplo, cita el informe de la OMS de 2018 titulado “Tackling Food Marketing to Children in a Digital World: Transdisciplinary Perspectives”, que afirmó taxativamente “que hay una evidencia inequívoca de que la obesidad infantil está influida por el marketing de alimentos y bebidas no alcohólicas altas en grasas saturadas, sal y/o azúcares libres”.

“Por este motivo, organismos internacionales como la OMS recomiendan la adopción de medidas regulatorias que impidan que el menor sea objeto directo de mensajes publicitarios de alimentos y bebidas con alto contenido en nutrientes perjudiciales para la salud. Los poderes públicos estamos obligados a llevar a cabo políticas activas de protección de la salud, entre las que se encuentran las dirigidas a reducir la obesidad y el sobrepeso infantil, actuando sobre todos los elementos y factores que, como la publicidad, conforman el entorno obesogénico”, insiste.

Actuación coordinada

Otra línea de trabajo de AESAN consiste en el desarrollo del Plan Estratégico Nacional para la Reducción de la Obesidad Infantil. Como reitera, la obesidad infantil “es un problema complejo frente al que no existen soluciones mágicas. Resulta por ello necesario que todas las administraciones y agentes implicados actúen de forma coordinada con enfoque integral que permita modificar los entornos en los que niños, niñas y adolescentes viven y crecen para promover el acceso a una alimentación saludable, pero también a una vida activa, buenos hábitos de descanso y estilos de vida saludables”.

En su opinión, el Plan Estratégico Nacional para la Reducción de la Obesidad Infantil “constituye un marco de acción para conseguir este cambio, para lo que define toda una serie de medidas en torno a distintas líneas estratégicas que tienen que ver con la alimentación, la actividad física, el descanso o el bienestar emocional. Promover una alimentación saludable y sostenible en centros educativos o establecer una normativa que regule la publicidad de alimentos y bebidas dirigidas a menores son ejemplos de medidas concretas previstas en el Plan en las que ya estamos trabajando”.

Volcados en el One Health

Para acabar, señala que las políticas de la AESAN se enmarcan dentro de la normativa comunitaria “que permite que los alimentos que consumimos en la UE sean los más seguros de mundo. Este concepto de seguridad alimentaria se ha ampliado, ya que no podemos considerar que un alimento es seguro si a su vez no es saludable y sostenible con el medioambiente. Para ello, se han intensificado los trabajos en nutrición, hemos reforzado esta área -dándole rango de Subdirección General con la aprobación de nuestro estatuto en 2022- sin perder de vista que la protección de la salud pública debe desarrollarse dentro del marco de Una sola salud (One Health), con un enfoque integral y unificador cuyo objetivo es equilibrar y optimizar la salud de las personas, los animales y los ecosistemas”.

Ana María López-Santacruz es directora ejecutiva de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) desde octubre de 2024. Anteriormente, había trabajado en el Centro Nacional de Alimentación (CNA), órgano del que fue directora durante más de tres años y que está adscrito a la AESAN. Es doctora en Farmacia por la Universidad Complutense de Madrid y está especializada en Seguridad Alimentaria. Es, además, funcionaria de carrera y trabajó también, dentro de la propia AESAN, en el Servicio de Gestión de Contaminantes.

AESAN-Alcala

Javier Granda Revilla es periodista freelance especializado en salud con más de 25 años de experiencia. Colabora con El Confidencial, Demócrata, La Razón, El Médico Interactivo y Muy Interesante, entre otros medios. Es vicepresidente de la Junta Directiva de la Asociación Nacional de Informadores de Salud (ANIS), institución que agrupa a más de 600 comunicadores de salud, que le concedieron el Primer Premio a la Mejor Labor de Comunicación.

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