La evidencia es clara: las frutas y verduras son una parte fundamental de una dieta saludable. Ayudan a los niños a crecer y apoyan las funciones corporales y el bienestar físico, mental y social en todas las edades. Entramos en el Año Internacional de las Frutas y Verduras con un llamamiento a mejorar la producción de alimentos saludables y sostenibles y a evitar la pérdida y el desperdicio de este tipo de alimentos. Con una gestión sostenible, el aumento del consumo de frutas y verduras es clave para la salud de las personas y del planeta.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO por sus siglas en inglés) ha declarado 2021 el Año Internacional de las Frutas y Verduras para “sensibilizar sobre la importancia de las frutas y verduras para la nutrición humana, la seguridad alimentaria y la salud y para el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible”.
Las dietas poco saludables junto con la malnutrición se encuentran entre los diez principales factores de riesgo de enfermedades a nivel mundial. Las frutas y verduras pueden ayudar a prevenir todas las formas de malnutrición (desnutrición, deficiencia de micronutrientes, sobrepeso y obesidad) y reducir el riesgo de enfermedades no transmisibles. Por ello, organismos supranacionales la FAO o la Organización Mundial de la Salud (OMS) instan al aumento del consumo de frutas y verduras y a promover dietas y estilos de vida saludables, equilibrados y diversificados. También la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) promueve su consumo con campañas creativas dirigidas a los más pequeños: Pon más héroes en tu plato, y llena tu vida de superpoderes.
Consumo deficitario
Las frutas y las verduras ofrecen múltiples beneficios para la salud, ya que son buenas fuentes de fibra dietética, vitaminas y minerales (por ejemplo, ácido fólico, vitaminas A y C, potasio) y compuestos bioactivos. Como parte de una dieta saludable, las frutas y hortalizas pueden ayudar a reducir los factores de riesgo de enfermedades no transmisibles, como el sobrepeso y la obesidad, inflamaciones crónicas, hipertensión y colesterol alto. Asimismo, son beneficiosas para la mejora de la salud mental y cardiovascular y se asocian al mejor crecimiento y desarrollo de los niños.
No obstante, y a pesar de sus más que probados beneficios, en todo el mundo consumimos muchas menos frutas y verduras que lo que recomienda la OMS para mantener una dieta saludable: 400 gramos diarios.
Según datos de la OMS, en promedio se consume solo el 65% de la recomendación de esta entidad, aunque se observan diferencias entre las diferentes regiones del mundo. Por ejemplo, los habitantes de Asia central, África septentrional y Oriente Medio consumen un poco más del mínimo recomendado. Los habitantes del Caribe son los que más fruta consumen y los de África meridional los que menos. Los habitantes de Europa occidental y América del Norte, por su parte, consumen solo la mitad de las recomendaciones estipuladas.
Mejorar y aumentar el nivel de consumo de frutas y verduras se encuentra entre los objetivos marcados en el Año Internacional de las Frutas y Verduras a través de acciones como la promoción de la producción, la integración de la nutrición en los programas escolares, mejorar la disponibilidad y asequibilidad, la promoción del consumo y la medición de la nutrición.
¿Cómo saber las propiedades de las frutas y verduras?
Los colores de las frutas y verduras suelen estar vinculados a los nutrientes y compuestos biocativos que contienen. Por ejemplo, si la fruta o verdura tiene color púrpura o azul, poseen propiedades antioxidantes que pueden reducir los riesgos de cáncer, accidentes cerebrovasculares y enfermedades cardíacas; si poseen un color rojo, ayudan a disminuir el riesgo de cáncer y a mejorar la salud cardiovascular; si tienen un color anaranjado o amarillo, contienen carotenoides que ayudan a la salud ocular. Por su parte, las frutas y verduras con colores marrones o blancos poseen propiedades antivirales y antibacterianas, mientras que las de color verde poseen propiedades anticancerígenas.
Sostenibilidad
En el planeta disponemos de una gran diversidad de frutas y hortalizas, por lo que existen muchas opciones que se adaptan a los diferentes sistemas de producción y mercados. Consumir frutas y verduras locales no solo ayuda a mejorar la salud, también ayuda a aumentar su producción y su disponibilidad, inocuidad y asequibilidad, así como el acceso equitativo a ellas, con lo que se fomenta la sostenibilidad económica, social y ambiental.
Tal y como explica la FAO en su documento de antecedentes del Año Internacional de las Frutas y Verduras, el aumento de su consumo “podría conducir a un escenario en el que todos salgan ganando para la salud, tanto de las personas como del planeta, si va acompañado de esfuerzos e inversiones concertadas para aumentar la producción y la productividad del sector”. En este contexto es clave reducir la huella ambiental, mejorar la cosecha, la manipulación, el almacenamiento y la distribución para reducir las pérdidas y desperdicios, mantener la calidad (en particular la nutritiva) aumentar la duración, y educar a los consumidores sobre los beneficios para la salud que se derivan del aumento del consumo de frutas y verduras.
Fuentes:
Afshin et al. 2019, OMS y FAO, 2005
Xin, 2016; Leenders et al., 2013; Conner et al., 2017; Wang et al., 2014, Collese et al., 2017, Miller et al., 2017, Aune et al., 2017; Boffetta et al., 2010; Ledoux et al., 2011, Schwingshackl et al., 2015; Li et al., 2014; (Klimenko et al., 2018, Maxner et al., 2020; Chowdhury et al. 2020
FAO, 2018; OMS, 2017, FAO y FHI 360, 2016.
FAO. 2020. Frutas y verduras – esenciales en tu dieta. Año Internacional de las Frutas y Verduras, 2021. Documento de antecedentes. Roma. https://doi.org/10.4060/cb2395es