La decisión de Donald Trump de retirar a EEUU de la OMS -imitada posteriormente por Javier Milei en Argentina- ha causado estupor y preocupación en todo el mundo. “Es una decisión estratégicamente errada y miope, pero que obedece a la lógica de combate a toda la agenda multilateral por parte de la nueva administración estadounidense. No es solo un ataque a la OMS: se ha extendido al Consejo de Derechos Humanos, a la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (UNRWA) o al Acuerdo de París para la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero”, lamenta Daniel López-Acuña, que ha trabajado 30 años en la OMS, donde ha ostentado diferentes cargos directivos. Fue director mundial de Acción Sanitaria en Situaciones de Crisis y director mundial de Cooperación en Países y Colaboración con las Naciones Unidas.
Fundada en 1948, la Organización Mundial de la Salud (OMS) tiene como objetivo mejorar, de manera coordinada, la salud mundial. Estaba integrada, hasta ahora, por todos los países miembros de la ONU, excepto Liechtenstein. En la actualidad está presente en 150 países, con seis oficinas regionales y la sede central de Ginebra.
El reto de la OMS es grave: tendrá que recortar y congelar operaciones, contrataciones y nuevos proyectos, reexaminando las prioridades para centrarse en ella
En opinión de López-Acuña, esta decisión supone un serio golpe al organismo al afectar “a su funcionamiento, porque se retiran recursos tanto técnicos como financieros y la colaboración del país que es, por decir de algún modo, su principal accionista: era el que más fondos aportaba tanto por su cuota obligatoria como por sus aportaciones voluntarias de cooperación al desarrollo. Se estima que el recorte bienal, que entrará en vigor en 12 meses, es de 1.300 millones de dólares, entre el 20-30% de recursos de la OMS, lo que implicará una notable disminución de sus actuaciones y su personal”.
“El recorte va a suponer que la OMS deje de hacer parte de su tarea técnico-normativa, estableciendo normas para el mundo entero en diferentes materias de salud. Y no va a tener los recursos que tenía para reducir la mortalidad infantil y materna, combatir el VIH y la tuberculosis, promover la salud mental, sexual y reproductiva y deja de tener recursos para atender acciones sanitarias en crisis y desastres. O la preparación ante futuras pandemias”, enumera.
Falta de coordinación
Por todos estos motivos, considera que el abandono de EEUU de la OMS “es un golpe a la salud mundial, porque tal y como está constituida, confiere a EEUU la potestad de ser la autoridad sanitaria internacional. Ahora, se queda fuera -junto a Argentina- de los mecanismos de gobernanza mundial como el Reglamento Sanitario Internacional, en las negociaciones del Tratado Pandémico Mundial, que se esperan acabar este año. Y lo hace de inmediato, así lo establece la orden ejecutiva de Trump, sin un mecanismo vinculante y coordinado con los demás países. Este es otro serio golpe a la seguridad sanitaria mundial, a la gobernanza en salud y la coordinación de una futura pandemia”.
Según su criterio, la decisión “no es un capricho de ser miembro o no de la OMS: es un golpe a todo el dispositivo sanitario internacional. Además, es una acción contra los grandes organismos de salud de EEUU, como el CDC, la FDA o el NIH, que han tenido que interrumpir sus comunicaciones con la OMS. No hay calificativos, es absurdo y, en el fondo, hará mucho daño a EEUU”.
Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS, realizó el pasado 3 de febrero en la sesión del Consejo Ejecutivo un informe detallado sobre todas las actividades recientes de la organización y cómo le afectará el recorte de fondos y de personal. “Los argumentos esgrimidos son falsos, no justifican la decisión que se ha tomado”, concluyó.
En espera de respuesta
El reto de la OMS es grave: tendrá que recortar y congelar operaciones, contrataciones y nuevos proyectos, reexaminando las prioridades para centrarse en ella. Para López Acuña, la gran pregunta es “qué harán el resto de países. EEUU no va a ceder, por lo que el resto de naciones tendría que reaccionar y tener un plan de emergencia para las operaciones de la OMS, con un esfuerzo adicional con más recursos y voluntarios. Sí hay una retórica de lamentar la salida de EEUU, pero no se va mucho más allá. El horizonte no es halagüeño, pero espero una reacción positiva de los países, que compensen esta actuación”.
Además, es una acción contra los grandes organismos de salud de EEUU, como el CDC, la FDA o el NIH, que han tenido que interrumpir sus comunicaciones con la OMS
Un motivo más de preocupación es que, en este panorama de incertidumbre, han aparecido varios brotes de gripe aviar en EEUU, “que tiene potencial para causar la próxima pandemia. Ya ha habido salto a humanos, con 67 casos y una muerte, todos en trabajadores que cuidan a los animales. No ha habido transmisión de persona a persona, pero se han visto mutaciones en el virus que podrían conducir a una mayor transmisibilidad, incrementando el riesgo de fenómeno epidémico y pandémico. Si EEUU va a su aire y no informa y no coordina, la amenaza de la inseguridad sanitaria mundial es mucho mayor”.
Por todos estos aspectos, López Acuña considera que es tiempo de fortalecer el multilateralismo en salud, porque “Trump y Milei van totalmente a contracorriente. Ahora es la fuerza económica la que prevalece, junto a las sanciones comerciales. Y esto va a originar un mundo muy inequitativo”.
Daniel López Acuña es médico especializado en Salud Pública y Epidemiología. Trabajó durante treinta años en la OMS, donde ostentó diferentes cargos directivos, como director mundial de Acción Sanitaria en Situaciones de Crisis y director mundial de Cooperación en Países y Colaboración con las Naciones Unidas. Se retiró en 2014 de la OMS y vive en Gijón. Trabaja como consultor independiente y es profesor asociado de la Escuela Andaluza de Salud Pública de Granada. Ha sido jurado del premio Princesa de Asturias de Cooperación Internacional entre 2018 y 2021.

Javier Granda Revilla es periodista freelance especializado en salud con más de 25 años de experiencia. Colabora con El Confidencial, Demócrata, La Razón, El Médico Interactivo y Muy Interesante, entre otros medios. Es vicepresidente de la Junta Directiva de la Asociación Nacional de Informadores de Salud (ANIS), institución que agrupa a más de 600 comunicadores de salud, que le concedieron el Primer Premio a la Mejor Labor de Comunicación.
