La mayoría de los profesionales relacionados con la salud -sobre todo cuando llevas a cabo acciones y actividades de análisis del riesgo- coincidimos en que la Dieta Mediterránea debe ser promovida como estrategia preventiva en diferentes patologías como obesidad, diabetes, enfermedades cardiovasculares, cáncer o enfermedades neurodegenerativas. Es importante adaptar las recomendaciones dietéticas según la edad, considerando necesidades metabólicas y patrones de actividad física y estilos de vida. Además, el enfoque sostenible permite integrar la salud humana con la salud planetaria, alineándose con las recomendaciones de organismos como la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En respuesta al aumento de la obesidad infantil y juvenil y las enfermedades crónicas en la edad adulta, la Fundación Dieta Mediterránea ha desarrollado la primera pirámide alimentaria específicamente diseñada para niños y adolescentes (3-18 años). Este modelo no solo enfatiza la alimentación saludable, sino que también incorpora criterios de sostenibilidad, ejercicio físico y salud emocional.
Las principales innovaciones incorporadas son frutas, verduras y cereales integrales y aceite de oliva virgen extra en la base de la pirámide, teniendo el AOVE un lugar prioritario. Leche y lácteos y frutos secos a diario, aunque estos últimos sin sal. Consumo moderado de pescado blanco y azul, carne y huevos junto con legumbres (importante en este último caso señalar que también va a depender de las recetas culinarias) en cantidades adecuadas para el desarrollo infantil y juvenil. Reducción del consumo de alimentos procesados que contengan alto contenido en azúcares añadidos, grasas saturadas y sal.
Además, se integra un enfoque en sostenibilidad con la promoción del consumo de productos locales y de temporada. Además, se lleva a cabo la incorporación de la salud emocional, sobre todo destacando el impacto del estrés y los hábitos de vida en la alimentación. Por último, crucial la práctica de actividad física recomendando el ejercicio físico regular como parte integral de un estilo de vida saludable.
La OMS advierte que el número de niños y niñas con sobrepeso y obesidad se ha multiplicado por diez en los últimos 40 años, lo que aumenta la prevalencia de patologías como la diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares y algunos tipos de cáncer. Esta pirámide puede servir como una herramienta de educación alimentaria y nutricional para familias y escuelas, promoviendo hábitos saludables desde la infancia y comedores escolares y servicios de alimentación, garantizando dietas equilibradas y sostenibles.
La pirámide sigue siendo el grafismo más utilizado en las guías alimentarias
La pirámide de la dieta alimentaria recién aprobada viene a reforzar este grafismo como el elemento clave resumen de las guías alimentarias para trasladar a los profesionales de la salud y a los consumidores. La pirámide muestra una clara evolución, incorporando a los modelos clásicos basados en alimentos y nutrientes específicos, enfoques más integrales que consideran aspectos culturales, sociales y conductuales. En la actualidad la existen las guías alimentarias de 100 países incluidos en la base de datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), destacando varias tendencias de forma genérica como el predominio de pirámides y platos, aunque en porcentaje diferente: más del 60 % de países utilizan modelos de pirámide (o similar) y el menos del 40 % 3l el plato (o similar) como representación visual.
En los últimos años, ha habido una tendencia creciente de incorporar recomendaciones sobre actividad física (>55 % de los países); pautas sobre hidratación y consumo de agua (>67 % de los países); impacto emocional y social de la alimentación (>20 %) y reducción o eliminación de alcohol (>10 %).La representación gráfica de las guías alimentarias no solo debe reflejar hábitos de consumo, sino también pautas de comportamiento saludable. En España, por ejemplo, existen múltiples representaciones de la alimentación saludable que se deberían unificar en un grafismo único y creo que los de la Dieta Mediterránea, tanto para adultos como para niños y adolescentes, podrían claramente ser elegidos como los estandartes del modelo alimentario de Dieta Mediterránea que tan exitosamente ha sido evaluado científicamente, pues en España hay ahora plato de la AESAN (incomprensiblemente se ha abandonado la pirámide sin ninguna justificación o evidencia científica que lo avale), Rombo de la ASEN, Rueda de la alimentación de la SEDCA, Pirámide tetragonal de la Universidad Politécnica de Madrid para niños y adolescentes, pirámide de la SENC.
La pirámide recién aprobada incorpora aspectos culturales, sociales y conductuales
En 2020 un grupo de científicos de ámbito nacional e internacional expertos en dieta mediterránea publicaron una revisión de la pirámide de la Dieta Mediterránea, integrando factores de sostenibilidad y salud pública., en la que los principales cambios fueron: disminución del consumo de carnes rojas y lácteos bovinos promoviendo una dieta con más legumbres y proteínas vegetales; mayor énfasis en productos locales y de temporada recomendando evitar alimentos importados que generen mayor huella de carbono; incorporación de una “tercera dimensión ambiental” destacando los impactos ecológicos de cada grupo de alimentos; mayor relevancia del agua como bebida principal enfatizando el consumo de agua como bebida principal y promoción de prácticas agrícolas sostenibles priorizando priorizan productos orgánicos y métodos de cultivo que preserven la biodiversidad.
La Dieta Mediterránea dirigida también para niños y adolescentes se perfila como un modelo clave para la salud global y la sostenibilidad ambiental, reforzando su papel en la prevención de enfermedades y la protección del planeta, abordando aspectos actuales de salud física y emocional en las guías alimentarias, aprobando estrategias para combatir el sobrepeso y la obesidad infantil mediante educación alimentaria y nutricional. Así pues, la actualización de la Pirámide del Estilo de Vida Mediterráneo para niños y adolescentes ofrece una herramienta integral para profesionales de la salud y educadores. Podríamos indicar que su objetivo es mejorar la adherencia a hábitos saludables desde edades tempranas, reduciendo la prevalencia de enfermedades crónicas en la adultez y promoviendo un modelo de alimentación sostenible. Además, se destaca la necesidad de un enfoque multidisciplinario en la promoción de este estilo de vida, involucrando a familias, escuelas y políticas públicas para garantizar su implementación efectiva.
Bibliografía
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El Profesor Dr. Rafael Urrialde es experto en alimentación, seguridad alimentaria, nutrición, sostenibilidad y salud. Doctor en Ciencias Biológicas por la Universidad Complutense de Madrid (UCM), es técnico especialista en Ciencias Ambientales por la misma universidad y Postgrado en Nutrición por la Universidad de Granada. En la actualidad es Profesor Asociado en la Unidad de Fisiología Vegetal del Departamento de Genética, Fisiología y Microbiología en la Facultad de Ciencias Biológicas de la UCM y Profesor Asociado del Área de Nutrición y Bromatología del Departamento de Ciencias Farmacéuticas y de la Salud de la Facultad de Farmacia de la Universidad San Pablo CEU de Madrid. Es Académico Numerario de la Real Academia Europea de Doctores (RAED), Académico de Honor de la Academia Española de Nutrición y Dietética (AEND), miembro del Comité Científico de la Fundación Iberoamericana de Nutrición (FINUT) y presidente de la Comisión Científica de la Sociedad Española de Medicina del Deporte (SEMED). Su trayectoria profesional anterior incluye su paso por la Unión de Consumidores de España (UCE), la revista Ciudadano de la Fundación Ciudadano y distintas compañías de alimentación y bebidas. Además, es Vocal de la Junta Directiva de la Sociedad Española de Nutrición (SEÑ) y también pertenece a otras sociedades científicas en el ámbito de la alimentación, seguridad alimentaria, nutrición y dietética (SENC, AEND, SESAL y SEMED), al Patronato de la FEN y a la Asociación Andrés Laguna para la Promoción de las Ciencias de la Salud.
