Por Javier Granda Revilla. 

Es verano, tiempo en el que estamos más expuestos al sol. Pero, ¿sabes que nuestra piel tiene memoria? ¿Y que el exceso de sol puede causarnos graves problemas de salud como el melanoma?

El melanoma no es el tipo más frecuente de cáncer de piel, pero sí es el que comporta la mayoría de muertes por cáncer de piel. “Por este motivo tiene mala fama”, explica la Doctora Susana Puig, jefa del servicio de Dermatología del Hospital Clínic de Barcelona. 

“Es un tipo de tumor que tiene una capacidad muy elevada de extenderse a otros órganos, quizá el tumor en humanos que más capacidad tiene de hacerlo por volumen tumoral: por cada 0,1 milímetros de grosor del melanoma, hay un 1% de posibilidades de metástasis. Y, por tanto, con 1 milímetro de grosor, la posibilidad es del 10%”, advierte la experta.

Una característica clave es que la gran mayoría de los melanomas se originan en la piel, por lo que son visibles y pueden identificarse precozmente y curarse con cirugía. Por este motivo, es fundamental la autoexploración: comenzaremos revisando todo nuestro cuerpo y pediremos ayuda para repasar palmas de los pies y cuello cabelludo.

La mayoría de tumores de este tipo aparece en el tronco o en las extremidades, pero pueden aparecer también en el labio, en la mucosa genital e, incluso, en las uñas. Por tanto, si aparece una mancha en la piel en algunos de estos lugares, debe consultarse al médico.

“Para autoexplorarnos debemos buscar lunares más grandes de lo normal, diferentes, más oscuros o de bordes más raros. Muchas veces, usamos la regla del ABCD: deben buscarse lesiones Asimétricas, de Bordes irregulares, de múltiples Colores (negro, rosa…) o de un Diámetro superior a cinco milímetros. Y, si surge un lunar nuevo, también debemos consultar con nuestro médico”, aconseja.

El melanoma no es el tipo más frecuente de cáncer de piel, pero sí es el que comporta la mayoría de muertes por cáncer de piel

El melanoma se origina en los melanocitos, que son las células que producen melanina, que es el pigmento que nos permite broncearnos. Además, la melanina da color a nuestra piel, a nuestros ojos y a nuestro cabello. El motivo de que surja es que se producen acumulaciones de mutaciones en el ADN de los melanocitos. Y la mayor parte de estas mutaciones están inducidas por la radiación solar, de manera que cuanto más se tome el sol, más mutaciones se acumulan y más riesgo se presenta.

Prevención siempre, especialmente en niños

“Por tanto, la prevención es fundamental a la hora de tomar el sol a cualquier edad. Pero, además, sabemos que la exposición a la radiación ultravioleta y las quemaduras en los primeros 15 años de la vida son los que van a marcar el riesgo de melanoma en la edad adulta. Otro dato clave de los estudios es que, en nuestros primeros 18 años de vida, acumulamos casi el 80% de la radiación ultravioleta que recibiremos en toda nuestra vida”, detalla la Doctora Puig.

Las cabinas de rayos UVA también emiten radiación que puede producir mutaciones en las células de nuestra piel, por lo que deben usarse con precaución. De hecho, la Organización Mundial de la Salud las considera igual de carcinógenas que el arsénico o el tabaco.

«En nuestros primeros 18 años de vida, acumulamos casi el 80% de la radiación ultravioleta que recibiremos en toda nuestra vida»

¿El riesgo de melanoma varía en función del color de nuestra piel?

La respuesta es sí: los cabellos y las pieles más oscuras tienen menos riesgo. “Aquellas pieles que nunca se broncean y se queman al ponerse al sol son las que más riesgo tienen. El 80% de casos en España son en personas que son castañas y morenas y de ojos marrones, que son la mayoría en nuestro país”, recalca la dermatóloga.

 

La Doctora Susana Puig es jefa del Servicio de Dermatología del Hospital Clínic de Barcelona y profesora de la Universidad de Barcelona. Es un referente mundial en el campo del diagnóstico y tratamiento del melanoma y cáncer cutáneo y en técnicas de diagnóstico no invasivo, dermatoscopia, microscopía confocal y seguimiento digital entre otras. Además, es líder del grupo de investigación Melanoma: Imagen, Genética e Inmunología del IDIBAPS. Es la dermatóloga con mayor producción científica anual (2015-2016) en España con más de 300 publicaciones internacionales.

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Javier Granda Revilla es periodista freelance especializado en salud con más de 20 años de experiencia. Colabora con El Mundo, Diario Médico, Telemadrid y La Razón, entre otros medios. Es vocal de la Junta Directiva de la Asociación Nacional de Informadores de Salud (ANIS), institución que agrupa a más de 600 comunicadores de salud, que le concedieron el Primer Premio a la Mejor Labor de Comunicación. Es, desde 2009, profesor de Comunicación Científica en el Máster ESAME de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Barcelona. Acaba de ser premiado por la Sociedad Española de Hematología y Hemostasia por un reportaje publicado en Diario Médico.