Leche y bebidas vegetales

La leche y las bebidas vegetales son opciones ampliamente consumidas, pero presentan diferencias sustanciales en su composición y valor nutricional. Aunque los dos tipos de productos alimenticios pertenecen al grupo de bebidas, están separados en dos subgrupos independientes: leche y lácteos y bebidas vegetales. Probablemente, la primera bebida vegetal que se comercializó de forma generalizada en España y que tiene una regulación técnico-sanitaria específica es la horchata, bebida de chufa.

La leche está contemplada y regulada en la legislación de la Unión Europea a través del Reglamento 853/2004. En cambio, el resto de las bebidas vegetales (desde la de soja, avena, almendra, avellana… pasando por la de arroz) no están contempladas en ninguna regulación técnico-sanitaria, a excepción de la horchata en España. La variabilidad de valor nutricional, la falta de uniformidad en denominaciones de venta, la composición y características del porcentaje del material vegetal del que se parte para llevar a cabo el procesamiento para la obtención del producto alimenticio, además de las denominaciones de fantasía que pueden confundir al consumidor, hace imprescindible que se afronte la aprobación de una regulación específica para las bebidas vegetales. Esta regulación se debería haber producido hace más de 20 años a nivel vertical en la Unión Europea, y a falta de esta, por lo menos sí en España, donde en el caso de la horchata (bebida de chufa con determinadas características específicas de composición) sí se llevó a cabo como necesidad de establecer los requisitos de su composición, distribución y venta.

La leche y las bebidas vegetales presentan perfiles nutricionales muy distintos, no solo referido a la presencia y cantidad de micronutrientes y determinados macronutrientes, como ácidos grasos poliinsaturados, sino también en el ratio de los mismos, como puede ser el caso del calcio/fósforo, así como en el medio en el que están en disolución estos nutrientes como en el contenido de sustancias bioactivas presentes. Estas sustancias tienen cada día más interés a nivel de la fisiología humana y de la microbiota y no solo intestinal sino también bucal y esofágica e incluso sus interacción indirecta con la epidérmica, pues actúan como prebióticos pudiendo influir en el estado de las mismas.

Proteínas

La leche destaca por su contenido natural en proteínas de alta calidad y calcio biodisponible, mientras que las bebidas vegetales ofrecen alternativas sin lactosa, con fortificación variable y determinados compuestos bioactivos de origen vegetal. Es fundamental evaluar la composición de cada producto alimenticio para poder elegir la opción más adecuada según las necesidades individuales, y en el caso de las bebidas vegetales teniendo en cuenta la variedad a partir de diferentes las especies vegetales. En todo caso, ninguna de estas bebidas debería ser considerada como alternativa, ni a nivel de composición de ingredientes del producto alimenticio ni de valor nutricional, sino análogos y complementarios, tanto si se compara leche y bebidas vegetales como entre cada tipo de las bebidas vegetales existentes en la oferta de mercado.

De una forma genérica la composición de la leche de vaca tiene un alto contenido en proteína proveniente de la caseína y el suero, en torno a 4 g/100 ml, mientras que, en el caso de las bebidas vegetales, en todos los casos, es baja o muy baja, en torno a 0,5-1 g/100 ml, a excepción de la bebida de soja, que dependiendo del porcentaje de leguminosa de partida, se puede situar en torno a 3 g/100 ml. Además, también a excepción de la soja, la calidad nutricional de la proteína en todas las bebidas vegetales es inferior que la de la leche por falta de determinados aminoácidos esenciales.

Grasas

Otro valor diferencial es el caso de la grasa, que referido a la leche puede ser variable dependiendo de si es entera, semidesnatada o desnatada. Y además el perfil de ácidos grasos, tanto si son de cadena larga o de cadena corta, difiere de forma ostensible con el caso de las bebidas vegetales, donde en la mayoría de los tipos la presencia de grasa es mínima, a excepción de la de soja y la de almendra, y en algunas composiciones de ingredientes están presentes ácidos grasos por la presencia de aceites vegetales añadidos. En el caso de la de arroz aceite de girasol, aparte de otros ingredientes como sal y aditivos como emulgentes.

Hidratos de carbono y azúcares

Respecto a los hidratos de carbono y azúcares totales y libres, es imprescindible indicar las claras diferencias entre el contenido de lactosa de la leche y la variabilidad en las bebidas las bebidas vegetales. En el caso de la leche el contenido hidratos de carbono/de azúcares totales es de 4,7 g/100 ml y como todo el azúcar es lactosa, los azúcares libres (AL) son 0 g/100 ml. En las bebidas vegetales la variabilidad del contenido de hidratos de carbono y azúcares totales es muy clara: desde los 10 g de hidratos de carbono (HC)/100 ml y 4,3 g/100 ml de azúcares totales (AT) y AL, pasando por los 8,2 g/100 ml de HC de la avena incluyendo 4,8 de AT/100 ml que se corresponden con la misma cantidad de AL, hasta el g/100 ml de HC/100 ml, 0,9 de AT/100 ml que a su vez son 0,9 g/100 ml de la soja.

Un caso especial es la bebida de chufa que solo contiene 3,3 g de HC/100 ml, 1,7 g de AT/100 ml y 1,7 de AL/100 ml, aunque según la legislación (Real Decreto 1338/1988, de 28 de octubre, por el que se aprueba la Reglamentación Técnico-Sanitaria para la Elaboración y Venta de Horchata de Chufa), esta bebida debe tener obligatoriamente 10 g de At/100 ml, que serían 10 g de AL/100 ml. En el caso de HC serían 13 g/100 ml. Urge una modificación de esta reglamentación del año 1988 para adaptarla a la situación actual y pueda existir Horchata con menos azúcar añadido e incluso cero azúcares añadidos.

Fibra

En el caso de la fibra, aunque todos los vegetales que dan lugar a las bebidas a base de vegetales tienen alto contenido en fibra, como la cantidad de grano o semilla es muy bajo, el porcentaje de fibra es similar al de la leche, siendo valores como mucho de 1 g de fibra alimentaria/100 ml, que es el caso de la bebida de arroz.

Sal

Si vemos la cantidad de sal, tanto la leche como la bebida de almendras, contienen 1 mg/100 ml, mientras que en el resto de las bebidas vegetales la cantidad es despreciable, no llegando a alcanzar los 5 mg/100 ml.

Agua

Respecto del contenido de agua va a depender del tipo de bebida vegetal y del fabricante, pues en cada caso, al no estar reguladas las concentraciones, utilizan una cantidad de partida de materia vegetal diferente, tanto si es de especies diferentes como si es de la misma. Por este motivo, al no ser fijo el porcentaje de agua que puede variar desde un 85 hasta un 95 %, es imprescindible leer el etiquetado y ver esta composición para adoptar decisiones de compra informadas y ver claramente la relación calidad precio, en base al porcentaje de materia vegetal presente en el listado de ingredientes cuando comparamos entre bebidas elaboradas a partir de la maceración den agua de granos o semillas y posterior trituración de una misma especie.

Minerales

Referido a los minerales, aparte del calcio, hay que tener en cuenta para su absorción y fijación en el sistema óseo la cantidad de fósforo para que haya una ratio 1-1,5/1, también la cantidad magnesio, manganeso y cinc, a su vez también la cantidad de iodo, uno de los micronutrientes más críticos y que aporta la leche y lácteos y está ausente en las bebidas vegetales.

Vitaminas

Claramente en el caso de las vitaminas, el valor diferencial es el de la vitamina B12, aunque también hay que tener en cuenta las vitaminas liposolubles A y D y en este último caso porque además su implicación y actividad en procesos metabólicos como es el caso del calcio es imprescindible.

Alergias o intolerancias

Uno de los casos de valor diferencial que se utiliza para denostar un alimento o una bebida es la presencia de alérgenos, algo que indiscutiblemente es crítico en personas que padecen una o varias alergias. En el caso que nos atañe la precaución y eliminación de consumo de cualquiera de estos productos alimenticios debe tenerse en cuenta desde la situación específica de la persona que tenga la alergia y en el caso de los fabricantes, distribuidores y también en hostelería alertar de la presencia o posible presencia de los alergenos, según los recogidos en el Reglamento 1961/2011, como es el caso de la leche y las bebidas de avena, soja, almendra, avellana…

Como consideraciones generales en el ámbito de la alimentación, nutrición y salud podríamos indicar que, para población infantil, si no hay ningún tipo de alergia o intolerancia, la leche debería ser la preferida por su contenido en proteínas, calcio y calcio/fósforo, iodo y vitamina B12. Las bebidas vegetales, y específicamente las fortificadas, pueden ser una alternativa en casos de alergia o intolerancia y un alimento complementario para el resto de la población. En el caso de los adultos: en una alimentación variada, moderada y equilibrada, ambas opciones pueden ser válidas y coexistir como elementos que forman parte de la dieta priorizando la leche desnatada o semidesnatada enriquecidas con vitaminas A+D y las bebidas vegetales con contenido vegetal adecuado y sin azúcares añadidos y fortificadas. Si nos referimos a personas con requerimientos o necesidades específicas debería ser el profesional de la salud de la medicina, farmacia, enfermería, nutrición humana y dietética el que pudiera evaluar la composición del tipo de leche o de bebida vegetal sería la opción u opciones mas recomendada para esa situación, garantizado un adecuado aporte de macro y micronutrientes así como de sustancias bioactivas.

Bibliografía

Ortega RM, López-Sobaler AM, Andrés P, Aparicio A. Composición nutricional de los alimentos. UCM, 2021.

García CAC, Montiel RLA, Borderas TF. Grasa y proteína de la leche de vaca. Arch. Zootec. 2014.

Unión Europea, Reglamento (UE) nº 1169/2011 sobre información alimentaria.

El Profesor Dr. Rafael Urrialde es experto en alimentación, seguridad alimentaria, nutrición, sostenibilidad y salud. Doctor en Ciencias Biológicas por la Universidad Complutense de Madrid (UCM), es técnico especialista en Ciencias Ambientales por la misma universidad y Postgrado en Nutrición por la Universidad de Granada. En la actualidad es Profesor Asociado en la Unidad de Fisiología Vegetal del Departamento de Genética, Fisiología y Microbiología en la Facultad de Ciencias Biológicas de la UCM y Profesor Asociado del Área de Nutrición y Bromatología del Departamento de Ciencias Farmacéuticas y de la Salud de la Facultad de Farmacia de la Universidad San Pablo CEU de Madrid. Es Académico Numerario de la Real Academia Europea de Doctores (RAED), Académico de Honor de la Academia Española de Nutrición y Dietética (AEND), miembro del Comité Científico de la Fundación Iberoamericana de Nutrición (FINUT) y presidente de la Comisión Científica de la Sociedad Española de Medicina del Deporte (SEMED). Su trayectoria profesional anterior incluye su paso por la Unión de Consumidores de España (UCE), la revista Ciudadano de la Fundación Ciudadano y distintas compañías de alimentación y bebidas. Además, es Vocal de la Junta Directiva de la Sociedad Española de Nutrición (SEÑ) y también pertenece a otras sociedades científicas en el ámbito de la alimentación, seguridad alimentaria, nutrición y dietética (SENC, AEND, SESAL y SEMED), al Patronato de la FEN y a la Asociación Andrés Laguna para la Promoción de las Ciencias de la Salud.