derecho a los alimentos

Somos más de ocho mil millones de personas en el planeta: 8.200 millones, según el último informe de la ONU sobre población mundial en 2024. La capacidad de producción de alimentos en nuestro sistema agroalimentario es suficiente para alimentar a toda esta población, según la FAO. Y sin embargo, hasta 733 millones de personas se enfrentan al hambre en nuestro planeta. Los conflictos bélicos, las crisis climáticas y las recesiones económicas son algunas de las causas, tal y como apunta este organismo internacional, que cada año con motivo del Día Mundial de la Alimentación hace un llamamiento a todos los agentes sociales y a los ciudadanos para luchar contra un problema que afecta sobre todo a las personas más pobres y vulnerables.  

El derecho a los alimentos para una vida y un futuro mejores es el lema que la FAO ha elegido este año para recordar una vez más que la alimentación es un derecho recogido en la Declaración Universal de Derechos Humanos. Tal y como explica en los materiales divulgativos, la alimentación es la tercera necesidad humana más básica después del aire y el agua: “Los alimentos representan diversidad, nutrición, asequibilidad, accesibilidad e inocuidad. Debería haber una mayor diversidad de alimentos nutritivos disponibles en nuestros campos, redes de pesca, mercados y en nuestras mesas, para beneficio de todos.

Pero que sea un derecho no significa que sea una realidad. Alrededor de 2.800 millones de personas en el mundo no pueden permitirse una dieta saludable, según la FAO. “Las dietas no saludables son la causa principal de todas las formas de malnutrición: desnutrición, carencia de micronutrientes y obesidad, que ahora existen en la mayoría de los países y afectan a todas las clases socioeconómicas. Sin embargo, hoy en día, demasiadas personas sufren de hambre y no pueden permitirse una dieta saludable”.

Tal y como explica la FAO, “el hambre y la malnutrición se ven aún más exacerbadas por las crisis prolongadas o duraderas impulsadas por una combinación de conflictos, fenómenos meteorológicos extremos y crisis económicas. Los sistemas agroalimentarios, en su conjunto, son vulnerables a los desastres y las crisis, en particular a las repercusiones del cambio climático, pero al mismo tiempo generan contaminación, degradan el suelo, el agua y el aire, y contribuyen a las emisiones de gases de efecto invernadero y a la pérdida de biodiversidad. Al transformar los sistemas agroalimentarios, existe un gran potencial para mitigar el cambio climático y fomentar medios de vida pacíficos, resilientes e inclusivos para todos”

Innovación y ciencia

Un mundo con seguridad alimentaria y nutritivo para todos requiere inversiones masivas, innovación, ciencia, tecnología y una amplia colaboración entre una variedad de agentes, incluidos los gobiernos, el sector privado, las instituciones académicas y de investigación, y la sociedad civil.

Materiales divulgativos

Entre los materiales divulgativos que la FAO anima a difundir podemos encontrar ilustraciones y textos didácticos de los que recogemos algún extracto.

¿Qué podemos hacer?

Alza la voz. Podemos contribuir creando conciencia. Podemos escribir, podemos compartir información, podemos hablar con la gente para construir un futuro en el que el derecho a una alimentación saludable y adecuada esté garantizado para todos.

Elige alimentos locales y de temporada. Cuando puedas, escoge comer muchas frutas y verduras frescas y de temporada todos los días e intenta agregar más legumbres, nueces y granos integrales a tu dieta. Las legumbres y los frutos secos son excelentes fuentes de proteínas vegetales. También son más amables con nuestro planeta porque requieren menos agua para ser producidos.

Adopta hábitos saludables. ¡Nuestros hábitos pueden ser contagiosos! Si comemos de manera nutritiva, animamos a los demás a hacer lo mismo. Incluso con el ejemplo, podemos difundir la conciencia y contribuir al bienestar de las personas y a la mejora general de la salud pública.

Defiende la biodiversidad. Podemos variar nuestra dieta agregando alimentos tradicionales, cultivados localmente y de temporada para apoyar la biodiversidad. Hay muchas recetas muy nutritivas y sabrosas para cocinar comidas con estos ingredientes.

Conoce las guías de la FAO de tu país. Las guías para una alimentación saludable brindan consejos sobre los nutrientes necesarios para evitar enfermedades crónicas. La FAO ayuda a los gobiernos de los países a poner en práctica estas sugerencias, que también se utilizan para establecer programas educativos y tomar decisiones políticas sobre la alimentación.

Aprende a leer las etiquetas. Las etiquetas de los alimentos nos ayudan a elegir alimentos nutritivos y diferentes al proporcionar información sobre la energía (generalmente calorías) y sustancias como la sal, el azúcar y las grasas. A través de las etiquetas, también entendemos si nuestros alimentos son seguros para comer. Si la etiqueta dice «Consumir preferentemente antes de…», el alimento aún se puede consumir durante unos días después de esa fecha, mientras que «Consumir antes de…» significa que el alimento se vuelve peligroso después de la fecha indicada.

Practica la inocuidad de los alimentos. Debemos lavarnos las manos con agua y jabón antes de manipular cualquier alimento. Esta simple acción ayuda a prevenir la propagación de bacterias dañinas y reduce el riesgo de enfermedades transmitidas por los alimentos. Los alimentos como las aves, la carne, los huevos y la leche sin pasteurizar deben cocinarse bien para matar cualquier bacteria u otros patógenos. La carne, el pescado o las aves congeladas deben descongelarse en el refrigerador antes de cocinarlas. La carne, las aves y los mariscos crudos deben mantenerse alejados de otros alimentos para evitar la contaminación cruzada y la propagación de bacterias dañinas. Al preparar alimentos, usamos una tabla o plato de cortar para carne, aves y mariscos crudos y una tabla o plato de cortar separado para otros alimentos que no se cocinarán.

Reduce el desperdicio de alimentos. Con acciones sencillas, podemos respetar la naturaleza, a los agricultores y nuestros sistemas agroalimentarios. Planificamos cuidadosamente nuestras comidas, elegimos recetas creativas para minimizar el desperdicio de alimentos y compostamos la materia orgánica en lugar de tirarla a los vertederos.

Apoya a los héroes locales de la alimentación. Los héroes de la alimentación son personas identificadas por la FAO que trabajan a lo largo de los sistemas agroalimentarios, proporcionando alimentos a las personas, incluso en circunstancias difíciles. También podemos ser héroes de la alimentación a nuestra manera si difundimos información y hablamos sobre el derecho a la alimentación en la escuela, con la familia y los amigos.

Si podemos, apoya a las personas necesitadas durante las crisis humanitarias. Ya sea contribuyendo con fondos o como voluntarios en refugios o proporcionando suministros esenciales.