Por Javier Granda Revilla. 

¿La generación de nuestros hijos será la primera que vivirá menos que la de sus padres? Los indicios apuntan a que podría suceder. Y uno de los motivos es el impacto de la contaminación en la salud. La Doctora María Neira, directora del departamento de Salud Pública, Medio Ambiente y Determinantes de Salud de la OMS, es una de las mayores expertas mundiales en este campo y detalla sus motivos de preocupación.

Entrevista a María Neira, directora de salud pública y medio ambiente de la OMS: “Las soluciones deben ser globales y locales”

“Hace 20 años, comenzaron a obtenerse evidencias sobre el impacto de la contaminación del aire que, al entrar en nuestros pulmones, puede causar cáncer, neumonía y enfermedades pulmonares obstructivas crónicas. De nuestros pulmones, la contaminación pasa a nuestro sistema cardiocirculatorio, causando infartos e ictus. Y, desde nuestro sistema vascular, puede alcanzar cualquier órgano de nuestro cuerpo, como el cerebro, donde causa importantes trastornos cognitivos y enfermedades degenerativas”, describe.

Un aspecto que no debe olvidarse es que la contaminación no tiene barreras e, incluso, puede saltar la barrera placentaria y afectar al cerebro del feto antes de que el niño haya respirado. Además, puede acortar el periodo de embarazo.

En la actualidad, la evidencia es abrumadora, ya que las publicaciones científicas en este ámbito superan las 70.000. “Es una situación similar a la del tabaco: se tardó más de 50 años en tener un acuerdo marco desde que apareció la evidencia científica. Espero que con la contaminación del aire no suceda lo mismo y se tomen medidas mucho antes”, subraya la Doctora Neira.

La percepción del problema ha cambiado mucho en estas dos décadas, tanto desde el punto de vista de la ciudadanía como de la clase política y de la ciencia. Sin embargo, recalca que ha habido que hacer “muchos esfuerzos, a pesar de las cifras tan dramáticas, con siete millones de muertes al año debidas a la contaminación. Queda mucho por hacer, pero ha cambiado la percepción, la demanda y las actuaciones, con muchos alcaldes de ciudades importantes de todo el mundo que empiezan a tomar medidas muy serias. Y cada vez hay más movimiento de asociaciones que levantan la voz y son más conscientes del impacto de la contaminación. Ya se volvió una agenda de gobierno, sin ninguna duda”.

“Los jóvenes están más concienciados con la sostenibilidad, el crecimiento verde y sociedades amistosas con el medio ambiente”

Los jóvenes han sido uno de los colectivos más concienciados. “Tanto la ‘generación Greta’ como la generación posterior están cada vez más concienciadas con la sostenibilidad y el crecimiento verde, con sociedades cada vez más amistosas con el medio ambiente. Pero todavía queda mucho por hacer: hay una parte de los jóvenes que aún no está concienciada, con un consumo muy agresivo. Y tienen que entender que este consumo tiene que ver con la salud y se puede generar un mundo que disfrutemos todos pero sin destruir el medio ambiente”.

Las soluciones deben ser globales y locales, ligadas a la agenda del cambio climático y reduciendo la contaminación del aire al dejar de usar combustibles fósiles. “Esto está fuera del control del ciudadano. Hay que hacer, cuanto antes, una transición saludable a una energía más limpia y menos contaminante. Y, por otro lado, pueden tomarse medidas a nivel personal –aportando todos un poco– y municipal, especialmente en lo relacionado al tráfico y a un transporte público sostenible y abordable, respondiendo a las necesidades de las personas”, propone.

“Hay que hacer, cuanto antes, una transición saludable a una energía más limpia y menos contaminante”

La apuesta es especialmente importante en la actualidad en los países en vías de desarrollo, que deben apostar por no invertir en carbón y combustibles fósiles, acelerando la implantación de la energía solar. “Debemos aprovechar las lecciones aprendidas en otros países y quedarnos con lo bueno, porque cuanto menos desarrollado esté un país, son más importantes las decisiones que tome en cuanto a las fuentes de energía que va a utilizar”.

Optimismo para el futuro

Respecto al futuro, la Doctora Neira indica que debemos ser optimistas. “No nos queda más remedio que serlo. Tengo una cierta frustración respecto a la velocidad a la que debe hacerse todo esto y al nivel de ambición, deberían ser ambas mucho más rápidas. Aplaudimos cuando escuchamos que se toman decisiones para 2050 pero no debemos estar contentos con eso. Pero, si se pone una cifra lejana como meta, significa que alguien ya se ha atrevido a tomar una decisión. Y, si ya se ha tomado, podemos empujar un poco más e ir más adelante”.

 

 

La Doctora María Neira estudió Medicina en la Universidad de Oviedo y se especializó de Endocrinología. Trabajó en Médicos sin Fronteras en los campos de refugiados de Honduras y con la ONU en Mozambique y Ruanda. Ingresó en la Organización Mundial de la Salud (OMS) como directora del departamento de Prevención y Erradicación de Enfermedades Infecciosas. Posteriormente, fue nombrada presidenta de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria. En la actualidad, es directora del departamento de Salud Pública, Medio Ambiente y Determinantes de Salud de la OMS. En 2009, este organismo fue galardonado con el Premio Príncipe de Asturias de Cooperación y ella recogió el premio junto a Margaret Chan.

Javier Granda Revilla es periodista freelance especializado en salud con más de 20 años de experiencia. Colabora con El Mundo, Diario Médico, Telemadrid y La Razón, entre otros medios. Es vocal de la Junta Directiva de la Asociación Nacional de Informadores de Salud (ANIS), institución que agrupa a más de 600 comunicadores de salud, que le concedieron el Primer Premio a la Mejor Labor de Comunicación. Es, desde 2009, profesor de Comunicación Científica en el Máster ESAME de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Barcelona. Acaba de ser premiado por la Sociedad Española de Hematología y Hemostasia por un reportaje publicado en Diario Médico.