Verano y ola de calor son dos términos que suelen ir de la mano. Con el fin de sobrellevar estas subidas de temperatura de la mejor forma y que nuestra salud no se vea afectada, es importante llevar a la práctica consejos como una hidratación adecuada o permanecer en lugares frescos el mayor tiempo posible.

Verano y ola de calor son dos términos que suelen ir de la mano. Con el fin de sobrellevar estas subidas de temperatura de la mejor forma y que nuestra salud no se vea afectada, es importante llevar a la práctica consejos como una hidratación adecuada o permanecer en lugares frescos el mayor tiempo posible.

El calor excesivo puede alterar las funciones vitales y la exposición a altas temperaturas puede provocar problemas de salud como calambres, deshidratación, cefalea, insolación o incluso los llamados golpes de calor.

Para prevenir y paliar los efectos negativos que esto supone, el Ministerio de Sanidad junto a la Agencia Estatal de Meteorología han elaborado un decálogo de recomendaciones destinado a proteger a la población de las altas temperaturas, incluido en su Plan Nacional y que en medio de la ola de calor queremos recordar.

Estas recomendaciones se incluyen el Plan Nacional de actuaciones Preventivas de los efectos de los excesos de temperaturas sobre la salud que todos los años, desde 2004, pone en marcha el Ministerio de Sanidad, con el objetivo de reducir los efectos asociados a las altas temperaturas durante las épocas más calurosas.

Recomendaciones generales

El Ministerio de Sanidad ha elaborado un decálogo de recomendaciones para hacer frente a estas altas temperaturas y evitar que puedan afectar a nuestra salud. A continuación,  destacamos algunos de estos consejos:

  • Beber agua y líquidos con frecuencia, aunque no se sienta sed y con independencia de la actividad física que se realice.
  • Evitar las bebidas con cafeína, alcohol o muy azucaradas ya que pueden favorecer la deshidratación.
  • Prestar especial atención a bebés y menores, lactantes y mujeres gestantes, así como personas mayores o con enfermedades que puedan agravarse con el calor (como las enfermedades cardiacas, renales, diabetes, hipertensión, obesidad, cáncer, patologías que dificultan la movilidad, demencia y otras enfermedades mentales, así como el abuso de drogas o alcohol), debido a estar entre los grupos de población más vulnerables.

  • Permanecer en lugares frescos, a la sombra o climatizados, y refrescarse cada vez que se necesite.

  • Procurar reducir la actividad física y evitar realizar deportes al aire libre en las horas centrales del día, entre las 11:00 y las 17:00 horas.

  • Usar ropa ligera, holgada y que deje transpirar.

  • Nunca dejar ninguna persona en un vehículo estacionado y cerrado.

  • Consultar a tu profesional sanitario ante síntomas que se prolonguen más de una hora y que puedan estar relacionados con las altas temperaturas.

  • Mantener las medicinas en un lugar fresco; el calor puede alterar su composición y sus efectos.

  • Hacer comidas ligeras que ayuden a reponer las sales perdidas por el sudor (ensaladas, frutas, verduras, zumos, etc.)

Puedes consultar el Plan nacional de actuaciones preventivas de los efectos del exceso de temperaturas sobre la salud del año 2024 (aquí).