Menor visibilidad, dificultades de financiación, complejidad con la conciliación, actitudes machistas, odio en redes… Aunque el deporte femenino ha cobrado gran importancia en los últimos años, los retos continúan siendo muy numerosos. A partir del 26 de julio, la XXXIII Olimpiada, que se celebra en París, se convertirá en el mejor escaparate para numerosas mujeres que han entrenado durante miles de horas para lograr participar. La delegación española, por primera vez en su historia, contará con más mujeres que hombres: 192 frente a 190. Esta circunstancia también se repite en el atletismo, quizá la prueba fetiche del olimpismo junto a la natación y la gimnasia: a la capital francesa acudirán 31 atletas femeninas y 26 masculinas. Ana Peleteiro es, posiblemente, la más famosa.
Saltadora de triple salto, Ana Peleteiro es firme candidata para ganar la medalla de oro, tras la lesión de la venezolana Yulimar Rojas, con la que comparte entrenamientos. Acaba de batir su marca personal del año, llegando a 14,85 metros, un salto que le valió el primer lugar del podio en el campeonato de Europa celebrado en junio en Roma. Una marca de gran mérito, ya que retomó los entrenamientos hace poco más de un año, en febrero de 2023, tras un parón por maternidad.
“Tenía miedo tras la cesárea, pero después de una primera semana que fue dura, el cuerpo empezó a responder y todo ha ido rodado. Siempre he querido ser olímpica y sueño con ser campeona. Y siempre he querido saltar más de 15 metros, estoy preparada para hacerlo y me preparo cada día para hacerlo, dando lo mejor de mí. Tengo claro que voy a darlo todo, siempre digo que ‘big things are coming’ [lo mejor está por venir]”, recalca.
La maternidad le ha supuesto introducir rutinas en su vida y más organización. “El foco está puesto en París y trato de descansar mucho, sobre todo cuando mi hija empezó a dormir: soy una persona nueva desde entonces. Pero, por ejemplo, no he podido celebrar la medalla del campeonato de Europa, no podía perder días de preparación”.
Ana recibe mucho odio en redes sociales y opina que se debe contestar “con argumentos y con educación” ya que, al ser una de las deportistas más conocidas del país siente que tiene un altavoz que tiene que usar: “Y esa rabia me viene bien para competir”.
Ana Peleteiro: “Tengo claro que voy a darlo todo, siempre digo que ‘big things are coming’ [lo mejor está por venir]”
Detrás de la medalla, el documental
Peleteiro es la co-protagonista del documental Detrás de la medalla, junto al gimnasta Joel Plata, el nadador Hugo González y la atleta paralímpica Sara Andrés. La historia de esta última es un verdadero ejemplo de resiliencia: a los 25 años perdió ambas piernas en un accidente de coche. “Sentí que mi vida se acababa, decidí entonces empezar a hacer deporte”, recuerda.
Y, tras convertirse en atleta de élite, fue diagnosticada de un cáncer de tiroides en octubre de 2015. Pero ni siquiera eso la paró. “Me llamaron para decírmelo y me fui a entrenar”. La operaron y, seis meses después, consiguió la marca mínima que la clasificaba para los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro.
Tres años de preparación de Sara Andrés
El objetivo es ahora los Juegos en París. “Voy con las expectativas de ganar una medalla como la que gané hace un mes en el mundial de Kobe, en Japón. Llevo tres años preparándome para competir en 100 metros lisos y en salto de longitud, por eso entreno 3-4 horas al día y el resto del día descanso. Es tan importante hacerlo como el propio entrenamiento, hay que guardar la explosividad para entonces”.
La esfera psicológica es clave y por eso, ella cuenta con la ayuda de Manuela, la psicóloga deportiva que le proporciona el Comité Paralímpico y que muy probablemente viajará con ella a los Juegos. “Me ayudó bastante en Tokio, sobre todo para visualizar y para establecer rutinas antes de la competición y estar más tranquila y estable mentalmente”.
En paralelo al deporte, ha desarrollado su faceta de actriz, en la compañía Youkali Escena. Como detalla, el teatro le ha ayudado “a quitarme los miedos. Es bueno ser vulnerable: enseñar las prótesis -en vez de ocultarlas- me dio fuerza y autoestima”.
Tras 10 años compitiendo, Sara destaca que cada vez más mujeres se animan a hacerlo. “Cuando tenía 15 años, mis amigas y yo dejamos de practicarlo. Ahora, que estoy con un grupo de chicas jóvenes, veo que les gusta competir, es positivo. Y recomiendo a las niñas que empiezan ahora que disfruten, que estén a gusto y que sepan que pueden mejorar. Las exigencias generan complejos y bajan el rendimiento. A mí, perder me ha ayudado a ser más paciente, más perseverante. Y a tener más ganas de ganar”.
Sus objetivos llegan hasta París. “Prefiero centrarme, ya veré qué hago después, a más largo plazo y qué objetivos tengo después”, explica. Y pide planes estables de deporte femenino, en coordinación con los deportistas, “escuchando lo que necesitamos de verdad, con menos intermediarios y burocracia para conseguir las ayudas deportivas y económicas. Hay que ayudar al deporte de base y a los deportistas que empiezan. Y, en mi campo, estaría bien que se prestaran prótesis a personas con amputaciones, para ver si les gusta y fomentar así la cantera”.
El 11 de agosto se apagará la llama del pebetero en París y los atletas comenzarán a programar su preparación para los Juegos Olímpicos de Los Ángeles. Y muchos de los retos del deporte femenino seguirán ahí.
Sara Andrés: “recomiendo a las niñas que empiezan ahora que disfruten, que estén a gusto y que sepan que pueden mejorar. Las exigencias generan complejos y bajan el rendimiento. A mí, perder me ha ayudado a ser más paciente, más perseverante. Y a tener más ganas de ganar”
Ana Peleteiro-Compaoré es atleta especialista en triple salto, disciplina en la que ganó una medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Tokio, con un salto de 14,87, su mejor marca personal. Es la vigente campeona de Europa al aire libre, con un salto de 14,85 metros. En 2019 fue campeona europea en pista cubierta y ha ganado dos medallas de bronce en el campeonato del mundo de pista cubierta.

Sara Andrés es atleta paralímpica, doble medallista de bronce mundial y medallista de plata europea en velocidad. Ha participado en los Juegos Paralímpicos de Río y Tokio. En 2019 publicó el libro infantil ‘¿Sabes quién soy?’ sobre discapacidad.

Javier Granda Revilla es periodista freelance especializado en salud con 25 años de experiencia. Colabora con El Mundo, Diario Médico, La Razón, Muy Interesante, El Confidencial y Forbes, entre otros medios. Es vicepresidente de la Junta Directiva de la Asociación Nacional de Informadores de Salud (ANIS), institución que agrupa a más de 600 comunicadores de salud, que le concedieron el Primer Premio a la Mejor Labor de Comunicación. Es también miembro de la Asociación Española de Comunicación Científica y de Comunica Biotec. En 2021 fue premiado por la Sociedad Española de Hematología y Hemostasia por un reportaje publicado en Diario Médico.
