Las recomendaciones de la OMS/UNICEF indican que la lactancia materna (LM) se debe iniciar en la primera hora tras el nacimiento y mantenerse de forma exclusiva durante los primeros seis meses de vida. A partir de esa edad, se introducen de forma paulatina alimentos seguros y nutricionalmente adecuados, continuando la lactancia, al menos, hasta los dos años. La evidencia más reciente indica que la alimentación exclusiva con leche materna durante los primeros seis meses de vida se asocia a la mayor protección contra la mayoría de los problemas de salud para la díada madre-hijo/a.
En este sentido, la leche materna continúa siendo una de las fuentes de energía y nutrientes, así como compuestos bioactivos, fundamentales para los/as niños/as de 6 a 23 meses, pudiendo llegar a satisfacer más de la mitad de las necesidades de energía entre los 6 y los 12 meses de vida del lactante, y un tercio de estas, entre los 12 y los 24 meses.
No obstante, cuando no es posible la LM, existen en el mercado las llamadas leches para lactantes y leches de continuación, que son un sustituto de la leche materna elaboradas a partir de la leche de vaca modificada siguiendo las indicaciones de la European Society for Paediatric Gastroenterology Hepatology and Nutrition (ESPGHAN) y los criterios establecidos en la regulación de la Unión Europea. De manera general, mediante el Reglamento (UE) nº 609/2013 y de manera específica por el Reglamento Delegado (UE) 2016/127 de la Comisión, de 25 de septiembre de 2015, que complementa el Reglamento (UE) n° 609/2013 del Parlamento Europeo y del Consejo en lo que respecta a los requisitos específicos de composición e información aplicables a los preparados para lactantes y preparados de continuación.
Alrededor de los seis meses, las necesidades de energía y nutrientes del lactante no pueden ser satisfechas de forma exclusiva por la leche materna o leche de iniciación y se hace necesaria la introducción de la alimentación complementaria (AC).
La AC es definida por la ESPGHAN como la introducción de otros alimentos, sólidos y líquidos, diferentes a la leche materna y/o a las fórmulas lácteas infantiles y sitúa el momento adecuado entre las 17 y las 26 semanas de vida con el objetivo de proporcionar la energía y nutrientes necesarios para el correcto crecimiento y desarrollo del lactante teniendo en cuenta la maduración funcional y su estado nutricional.
En consecuencia, la AC se debe iniciar a partir de los 6 meses, ya que, a esta edad, el lactante ha adquirido suficiente desarrollo funcional como para coger y llevar a la boca algunos alimentos sólidos, trasladar objetos de una mano a otra, sentarse y sostener la cabeza, así como haber desarrollado la deglución voluntaria.
Existen diferentes opciones a la hora de introducir al lactante alimentos distintos a la leche. Tradicionalmente, la forma más habitual de AC consiste en mezclar y triturar los alimentos que se administran en forma de papillas con cuchara por los progenitores y/o cuidadores. Sin embargo, en los últimos años se ha extendido en nuestra sociedad el Baby-Led Weaning (BLW), término anglosajón que se traduce como “alimentación complementaria dirigida por el bebé” que pretende evitar el rechazo y cansancio ante la misma consistencia y textura de los alimentos que experimentan algunos lactantes y el posterior retraso del inicio de la masticación.
El BLW se caracteriza porque se le ofrecen al lactante, a partir de los 6 meses de edad y, según su desarrollo psicomotor, trozos de alimentos blandos que se lleva con sus propias manos a la boca, sustituyendo de esta forma, la alimentación triturada y con cuchara. De esta manera el niño /la niña gestiona su alimentación al coger la cantidad de alimento que desea o necesita.
Una de las preocupaciones de los progenitores al decidir utilizar BLW es el riesgo de atragantamiento al plantearse cómo desmenuzará y tragará el/la bebé los alimentos sólidos en ausencia de dientes. Sin embargo, la mandíbula es capaz de romper los alimentos, la lengua los desplaza hacia atrás y el reflejo nauseoso presente hasta los nueve meses, impide que traguen porciones demasiado grandes. No obstante, la coordinación entre masticación, respiración y deglución aún no se ha desarrollado completamente y pueden surgir arcadas que confunda a los padres/madres. En definitiva, no se han encontrado diferencias significativas en el número de episodios de atragantamiento producidos cualquiera que sea el método de destete. También es posible la existencia de la deficiencia de algún nutriente, ya que es el lactante el que selecciona los alimentos. Por este motivo, es necesario un estricto seguimiento por parte de la enfermera de familia para evitar la posible existencia de carencias nutricionales, así como otros riesgos que pueden poner en peligro la vida del lactante.
Cualquiera que sea el método elegido, los alimentos se deben incorporar progresivamente, de uno en uno, para identificar el alimento responsable de una reacción de alergia o intolerancia, en caso de que se produzca. Así mismo, es conveniente que la introducción del nuevo alimento se realice por la mañana, para poder evaluar a lo largo del día la reacción y tolerancia al mismo. A su vez, es aconsejable dejar un periodo de entre 3 y 7 días para introducir un nuevo alimento. En España y según la Norma Oficial sobre Promoción y Educación para la Salud en Materia Alimentaria (NOM 043-SSA2) se recomienda introducir en la alimentación del lactante las carnes entre el sexto y séptimo mes de vida, tras haber introducido hortalizas, frutas y cereales.
A pesar de los beneficios atribuidos al BLW, no se dispone de evidencia científica que respalde su recomendación. No obstante, en varios países como Reino Unido, esta práctica está muy extendida, aunque en España no son muchas las familias que disponen de información veraz, más allá de la proporcionada por blogs con experiencias personales y material telemático disponible en Internet, con escaso o ningún criterio científico. Es fundamental que los padres/madres dispongan de los conocimientos y el apoyo necesarios para decidir llevar a cabo con sus hijos/as la alimentación que desean, de forma segura y eficaz.
Referencias
OMS [Internet]. Ginebra: OMS, 2018. Alimentación del lactante y del niño pequeño [actualizada 23 diciembre 2023]. Disponible en: http://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/infant-and-young-child-feeding
Fewtrell M, Bronsky J, Campoy C, Domellöf M, Embleton N, Fidler Mis N, et al. Complementary Feeding: A Position Paper by the European Society for Paediatric Gastroenterology, Hepatology, and Nutrition (ESPGHAN) Committee on Nutrition. J Pediatr Gastroenterol Nutr. 2017;64(1):119-132.
Cuadros-Mendoza CA, Vichido-Luna MA, Montijo-Barrios E, Zárate-Mondragón F, Cadena-León JF, Cervantes-Bustamante R, et al. Actualidades en alimentación complementaria. Acta Pediatr Mex. 2017;38(3):182-201.
Velasco Manrique MV. Alimentación complementaria guiada por el bebé: respetando sus ritmos y apoyando su aprendizaje. Medicina Naturista. 2014;8(2):64-72
Reglamento delegado (UE) 2016/127 de la Comisión de 25 de septiembre de 2015 que complementa el Reglamento (UE) no 609/2013 del Parlamento Europeo y del Consejo en lo que respecta a los requisitos específicos de composición e información aplicables a los preparados para lactantes y preparados de continuación, así como a los requisitos de información sobre los alimentos destinados a los lactantes y niños de corta edad
Carmen Martín Salinas es enfermera. Presidenta y cofundadora de ADENYD (Asociación de Enfermeras de Nutrición y Dietética). Profesionalmente, se ha desarrollado como profesora del Departamento de Enfermería de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Madrid (jubilada actualmente). Tras la realización de un Máster Oficial en Docencia Universitaria, su trayectoria académica ha estado orientada, fundamentalmente a la innovación docente, sobre todo en el área de los cuidados nutricionales.
En su trayectoria de más de 30 años como docente destaca la participación en varios proyectos de innovación educativa (propios y como colaborador), la presentación de trabajos en congresos nacionales e internacionales y la publicación de más de 50 artículos en revistas científicas, tanto relacionadas con los cuidados nutricionales como con la metodología docente. Con el desarrollo de la formación on line, ha dirigido y participado en varios cursos de cuidados nutricionales en los últimos años.
