salud mental

Tras haber recogido la opinión de dos expertos en psiquiatría y psicología en Los mil y un retos pendientes en salud mental, retomamos este artículo con la visión del paciente y su entorno. En esta nueva entrega de Kómoda News hemos querido reflejar también la opinión de otros profesionales que desempeñan un papel fundamental a la hora de visibilizar la salud mental ante la opinión pública: los comunicadores.

La visión de la paciente empoderada

Marta Fierro es más conocida como Eme DJ. Ha pinchado en los festivales y clubs más prestigiosos de toda España y ha realizado remixes de numerosos artistas alternativos, como Zahara, Love of Lesbian, Niños Mutantes o Miss Caffeina, entre otros. Elegida mejor disc-jockey de España en 2010, 2011, y 2014 por la prestigiosa revista Rockdelux, contó en 2019 su experiencia como persona con patología mental en el documental “Miedo al miedo”. Además, ha puesto en marcha la iniciativa ‘Depresión en la Cabina’.

“Surge de mi propia experiencia y observación en la industria musical: siendo DJ y estando en contacto con otros profesionales del sector, me di cuenta de que hay una falta de recursos y conversación en torno a la salud mental y mejoras laborales que tienen mucho que ver. La vida de un DJ o productor musical puede ser emocionante, pero también extremadamente estresante y solitaria. Quería crear un espacio donde pudiéramos hablar abiertamente sobre estos temas y buscar soluciones y sentirnos arropados”, detalla.

Marta Fierro: hay una falta de recursos y conversación en torno a la salud mental y mejoras laborales que tienen mucho que ver

El proyecto tiene varios objetivos y Marta destaca, en primer lugar, que quiere sensibilizar sobre la importancia de la salud mental en la industria musical y romper estigmas y tabúes relacionados con las enfermedades mentales. Además, quiere proporcionar un espacio seguro para dialogar, compartir experiencias y acceder a recursos especializados en salud mental.

“La idea es fomentar la colaboración y el intercambio de experiencias entre los participantes, creando una red de apoyo y comprensión mutua, ofreciendo herramientas prácticas para promover el bienestar y la salud mental de los DJs y artistas. Y algo muy importante: buscar la forma de mejorar las condiciones laborales entorno al DJ y productor musical, ya que están directamente relacionadas con la salud mental”, añade.

Estoy muy satisfecha con lo que hemos logrado hasta ahora con ‘Depresión en la Cabina’. Desde nuestro lanzamiento en el Festival Underfest en Vigo, hemos recibido una respuesta increíblemente positiva. Hemos organizado charlas en diferentes ciudades y hemos establecido colaboraciones con profesionales de la salud mental. La gente nos ha escrito contándonos sus propias experiencias, lo que demuestra que hay una necesidad real de este tipo de plataforma. Sin embargo, somos conscientes de que aún queda mucho por hacer. Me gustaría constituirnos como asociación sin ánimo de lucro u ONG, pero primero quiero formarme bien para hacerlo de una forma responsable”, admite.

Actualmente, está trabajando en cuatro líneas. La primera es la expansión de eventos y charlas a más ciudades de España. En segundo lugar, en el desarrollo de contenido en línea -como artículos, podcasts y webinares- para llegar a aquellos que no pueden asistir a eventos presenciales. Por otro lado, está colaborando con organizaciones y profesionales de la salud mental para ampliar el impacto del proyecto. Por último, está poniendo en marcha una red de apoyo en línea donde los DJs y productores puedan compartir sus experiencias y obtener ayuda.

La visión de la trabajadora social

El trabajo, como recalcan tanto Celso Arango como Pablo R. Coca y Marta Fierro, es un ámbito clave en la salud mental. Pero, ¿qué papel juegan los trabajadores sociales? Rebeca Aragón García desempeña esta tarea en el Centro San Juan de Dios de Ciempozuelos. Como pormenoriza, “desde la perspectiva biopsicosocial, el profesional de Trabajo Social, en colaboración con el resto de profesionales, desempeña una función básica: elaborar un diagnóstico social que le permita tratar y gestionar los problemas sociales que aparecen en relación a la enfermedad, tanto si influyen en su desencadenamiento, como si derivan de ellos.

El objetivo de la intervención es abordar los diferentes ámbitos -salud, personal, convivencial, económico- laboral y social-, haciendo realidad el concepto global de la salud, que tiene en cuenta los factores sociales y el contexto social de donde se desarrolla la vida de cualquier persona.

Otro objetivo es orientar sobre los recursos sanitarios y sociales que puedan ser adecuados para el logro de los objetivos. “Es imprescindible, en la atención a la salud mental, sensibilizar a los diferentes profesionales que intervienen en la atención sanitaria para que la persona pueda desarrollarse satisfactoriamente: es fundamental tanto su bienestar emocional como social, pues se ha demostrado que integrar ‘lo social’ en la vida del paciente favorece su recuperación, o por lo menos su mantenimiento”, precisa la trabajadora social en salud mental del CSJD.

Desde su punto de vista, en un contexto social cada vez más heterogéneo, donde la salud mental cada vez adquiere más relevancia, Trabajo Social se enfrenta “a un doble reto”: conocer correctamente la realidad social -donde converge lo nuevo y lo viejo- y alejarse del asistencialismo, tratando de conectar a las personas con los recursos que necesitan para que puedan tener acceso por ellas mismas en todos los niveles (tanto individual, como familiar y comunitario), favoreciendo así el desarrollo de sus propias capacidades.

“La influencia de los factores sociales es determinante en la evolución de la enfermedad que padece la persona y, por tanto, en su desarrollo personal. E identificamos la profesión del trabajo social como fundamental en la mejora de la enfermedad, poniendo de manifiesto una forma común de entender el trabajo social más allá de meros administradores y gestores de recursos”, concluye.

Rebeca Aragón: el profesional de Trabajo Social, en colaboración con el resto de profesionales, desempeña una función básica: elaborar un diagnóstico social que le permita tratar y gestionar los problemas sociales que aparecen en relación a la enfermedad

La visión de los comunicadores de salud

Otro de los cambios más evidentes ha venido de la mano del periodismo que, desde hace unos 15 años, ha comenzado a cambiar su actitud paternalista sobre la patología mental, por una mucho más objetiva y empática. Fruto de ello son publicaciones como las Recomendaciones para el tratamiento del suicidio por los medios de comunicación, impulsada por el Ministerio de Sanidad, o la Guía de estilo sobre salud mental para medios de comunicación, elaborada por la Confederación Salud Mental España.

Las iniciativas son muy numerosas: la Asociación Nacional de Informadores de Salud (ANIS), entidad que engloba a más de 600 comunicadores en este campo, celebró en 2017 un congreso monográfico de este campo, analizando buenas y malas prácticas. Además, ANIS participó activamente en las citadas recomendaciones sobre el tratamiento del suicidio.

Otro organismo destacado en este campo es Papageno, la Asociación de Profesionales en Prevención y Posvención del Suicidio, que también ha redactado una guía de recomendaciones para comunicar sobre suicidio. Papageno toma su nombre de un personaje de la ópera ‘La flauta mágica’, de Mozart: en la obra, Papageno decide acabar con su vida y, cuando va a hacerlo, tres espíritus infantiles le recuerdan las alternativas a la muerte. Y se ha llamado ‘Efecto Papageno’ a aquellas noticias sobre conductas suicidas que, al seguir determinadas reglas, tienen un efecto preventivo y pueden reducir el número de muertes por este motivo. Este abordaje ha desterrado el oscurantismo y la negación de este tipo de noticias que se producía con anterioridad.

Guillermo Córdoba Santos es periodista especializado en el tratamiento informativo del suicidio y, como recuerda, “durante décadas, el periodismo ha tenido reticencias para informar sobre la salud mental, una tendencia que ha cambiado a raíz de la pandemia o del mayor interés político en este tema. También creo que han influido las redes sociales, en las que los jóvenes o varios famosos han expresado sus problemas de una forma abierta y sincera, sin filtros, para cambiar el tabú por la palabra. Esto ayuda a conocer y visibilizar el problema, además de a identificarse: si una persona ve que otra lo está pasando mal o tiene algún problema de salud mental, no se sentirá sola”.

Guillermo Córdoba Santos: durante décadas, el periodismo ha tenido reticencias para informar sobre la salud mental, una tendencia que ha cambiado a raíz de la pandemia o del mayor interés político en este tema

Huir del morbo

En cuanto a los retos, Guillermo cita como primero, “potenciar la formación del periodista para informar con datos, contexto y especialistas, para alejarse así de la simplicidad o del morbo”. En segundo, considera que debe buscarse “más tiempo y más espacio para este tema, con formatos largos y reposados, como puede ser el reportaje”. En tercer lugar, opina que debe utilizarse “un lenguaje adecuado que esté alejado del estigma, con atención especial a las imágenes». En cuarto término, “denunciar más la escasa inversión en salud mental y la inexistencia de un interés real por mejorar la calidad asistencial”. Por último, “cuidarnos como periodistas, pero también como personas y transmitir a la población esta información tan valiosa”.

Esta doble faceta de cuidado del comunicador como profesional y como persona ha inspirado también el proyecto ‘Almas rotas’, creado por la periodista María Miret. “Ejercer mi trabajo en medios de comunicación me costó dos bajas por ansiedad. No ejercer mi vocación me ha costado una depresión existencial. Y, sin embargo, cada vez que me planteo volver a los medios de comunicación se me pone un nudo en el estómago. ¿De verdad nos tiene que costar la salud ejercer el periodismo? De la reflexión que me vengo haciendo desde hace años surge este proyecto: mi propuesta es incorporar los cuidados en el trabajo informativo, apostando por el bienestar en las redacciones”.

La visión del cuidador/pareja

¿Cómo impacta la salud mental en la familia? Pablo R. Coca nos ha contado su experiencia como hermano. Pero, ¿y en la pareja? C. (no quiere dar su nombre real) cuenta que cuando su esposa comenzó a cambiar su comportamiento, en una mezcla causada por la depresión post-parto y el mobbing laboral no supo que hacer. “De repente, me vi en un torbellino en el que íbamos de médico en médico, con diagnósticos erróneos, mientras que tenía que hacer malabarismos con el trabajo y con el cuidado de nuestras dos hijas”, recuerda.

El empeoramiento de la enfermedad de su pareja llevó a un intento de suicidio, con un ingreso en una unidad psiquiátrica que califica como sacada de la película ‘Alguien voló sobre el nido del cuco’. “Según ingresaron a mi chica, la intentaron violar, mientras los cuidadores miraban a otro lado. Tuvo, como en las películas, que hacerse amiga del interno más grande del módulo, para que la protegiera. Le tenía que dar parte de su comida además para que lo hiciera. Comida que, por cierto, estaba asquerosa. Por no hablar de los módulos de internamiento en los que se ataba a los internos que no lograban estabilizar. Le di un cuaderno para que ilustrara todo y releerlo es una auténtica pesadilla. Por cierto, que escribimos un montón de cartas de queja al hospital y nos contestaron muy educadamente, diciendo que lo sentían y que tomaban nota de todo para que no se repitiera. Quiero pensar que es así, pero lo dudo”, deplora.

Otro momento que califica como muy decepcionante fue cuando, por casualidad, se cruzó con el consejero de salud de su comunidad autónoma. “Quise contarle todo esto, no con mala intención, sino para que fuera consciente de la situación. Me cortó y me dijo que no le interesaba, que sabía exactamente cuál era la situación. Cero empatía por su parte, algo lamentable”, describe.

Falta empatía

“Por cierto, -prosigue- hablando de empatía: he acompañado a mi pareja decenas de veces al psiquiatra. Y jamás el psiquiatra me ha preguntado cómo estoy o me ha mostrado herramientas sobre lo que hacer cuando se produce un brote o autolesiones. A lo mejor, la humanización de la sanidad podría empezar por ahí: los cuidadores/parejas somos, en muchas ocasiones, los grandes tapados”.

C. termina su relato volviendo al principio, al primer día en que acompañó a su pareja a la doctora de cabecera, a por la baja por depresión. “Mi chica se derrumbó en lágrimas y le dijo a la doctora que no estaba bien. La doctora le respondió que era evidente y que si se podía permitir coger la baja. El hecho de que hiciera esa pregunta me hizo ver que hay muchas cosas por arreglar en la salud mental en nuestro país: hoy mismo, estoy seguro de que muchas personas habrán entrado en consulta exactamente igual. Y se habrán planteado si se pueden tratar o si tienen que seguir trabajando. Me parece un fracaso como sociedad”.

Marta Fierro es más conocida como Eme DJ. Ha pinchado en los festivales y clubs más prestigiosos de toda España y ha realizado remixes de numerosos artistas alternativos, como Zahara, Love of Lesbian, Niños Mutantes o Miss Caffeina, entre otros. Elegida mejor disc-jockey de España en 2010, 2011, y 2014 por la prestigiosa revista Rockdelux, contó en 2019 su experiencia como persona con patología mental en el documental “Miedo al miedo”. Además, ha puesto en marcha la iniciativa ‘Depresión en la Cabina’.

Rebeca Aragón García es trabajadora en el Centro San Juan de Dios de Ciempozuelos.

Guillermo Córdoba Santos es periodista especializado en el tratamiento informativo del suicidio.

Javier Granda Revilla es periodista freelance especializado en salud con 25 años de experiencia. Colabora con El Mundo, Diario Médico, La Razón, Muy Interesante y Forbes, entre otros medios. Es vicepresidente de la Junta Directiva de la Asociación Nacional de Informadores de Salud (ANIS), institución que agrupa a más de 600 comunicadores de salud, que le concedieron el Primer Premio a la Mejor Labor de Comunicación. Es también miembro de la Asociación Española de Comunicación Científica y de Comunica Biotec. En 2021 fue premiado por la Sociedad Española de Hematología y Hemostasia por un reportaje publicado en Diario Médico.  

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