En base a los requisitos obligatorios y voluntarios de etiquetado nutricional para los países miembros de la UE

Hoy en día, la sociedad actual tiene un gran interés por la estrecha relación de la alimentación con la salud, y nadie duda que «comer sano» o «alimentarse bien» tiene una gran influencia, tanto positiva como negativa, en la calidad de vida. Paralelamente, existe una gran disponibilidad de alimentos y bebidas, no siempre de valor nutricional adecuado para los requerimientos de los consumidores, junto a un incremento de la publicidad y de recomendaciones basadas en mitos y creencias irracionales y en evidente contradicción con los conocimientos científicos basados en la evidencia, teniéndose en cuenta que diferenciar alimentos y bebidas de dieta, porque la cantidad y la frecuencia van a ser dos parámetros esenciales.

La enfermería es una profesión cuyo eje central es el cuidado de la salud. Es su esencia y razón de ser y a través de los cuidados se proporciona apoyo a las personas, a las familias y a la Comunidad. El entorno de la Atención Primaria es un lugar privilegiado para trabajar en la prevención y promoción de la salud a la población general considerando positiva la transmisión de la información de seguridad alimentaria, nutricional y de salud, en la medida que repercute y refuerza la práctica alimentaria correcta mediante la creación de actitudes acertadas hacia la alimentación saludable. Como indica Vidal y col., es un hecho constatado que la población no modifica sensiblemente sus hábitos alimentarios hacia una dieta más saludable pese a contar con la información correcta, ya que en este hecho influyen en mayor medida otros factores como las preferencias alimentarias, las costumbres gastronómicas, la influencia social, la disponibilidad de alimentos y bebidas y los medios de comunicación, que, en muchas ocasiones, impiden poner en práctica los conocimientos adquiridos. De ahí la necesidad de diseñar programas de educación alimentaria y nutricional dirigidos a aumentar el conocimiento de los ciudadanos sobre los alimentos y la alimentación, así como la repercusión que esta tiene en su salud y así facilitar la lucha contra el fraude informativo y el control de aquellos reclamos publicitarios que incitan o confunden, e incluso provocan desórdenes en las comidas que en modo alguno contribuyen al bienestar de la población. Las enfermeras, líderes en cuidados nutricionales están preparadas para diseñar planes de cuidado nutricional orientados a entrenar /educar, a fomentar el autocuidado y, sobre todo, con capacidad de acercamiento a los problemas nutricionales del ciudadano.

La consulta de enfermería es una de las puertas de entrada al Sistema Nacional de Salud y las enfermeras, responsables últimas del cuidado de los ciudadanos, representan el primer nivel de aplicación de cuidados en general, y de cuidados en alimentación y nutricionales en particular, destacando la educación en estilos de vida saludable como una herramienta imprescindible. Con respecto al contenido de los programas de educación, se plantea la necesidad de abordar un tema tan confuso y a la vez tan elemental como es el etiquetado como información para conocer las características de los productos alimenticios. Saber leer e interpretar la información disponible en el etiquetado de los alimentos envasados es esencial para garantizar los derechos y defensa de los consumidores, lo que supone un gran avance en el campo de la educación para la salud y representa un valor añadido frente a la publicidad alimentaria y de bebidas, promovida por la industria con el objetivo de promocionar su consumo y aumentar las ventas.

El etiquetado de los productos alimenticios envasados debe facilitar la información necesaria para conseguir un consumidor crítico que disponga de conocimientos suficientes para tomar decisiones acertadas y con criterio respecto a la adquisición, conservación, preparación y consumo de alimentos y bebidas. La información presente en el etiquetado será clara, comprensible y no engañosa para el consumidor, evitando atribuir a ningún alimento y bebida propiedades específicas para prevenir, tratar o curar enfermedades, así como, propiedades saludables y recomendaciones para personas con necesidades dietéticas especiales.

Saber leer e interpretar la información disponible en el etiquetado de los alimentos envasados es esencial para garantizar los derechos y defensa de los consumidores

Estas consideraciones están recogidas en el Reglamento 1169/2011, del Parlamento Europeo y del Consejo, de 25 de octubre de 2011 sobre la información alimentaria facilitada al consumidor. Tras su entrada en vigor el 13 de diciembre de 2016, es obligatorio que la mayoría de los alimentos procesados dispongan en el etiquetado la información nutricional correspondiente al aporte energético y al contenido de determinados nutrientes, según el producto alimenticio y la cantidad de estos presentes en el mismo, como las vitaminas y los minerales. Así mismo, se especifica la información que es de carácter voluntario y obligatorio. Esta última hace referencia y por este orden al valor energético del producto, contenido en grasas, de las cuales saturadas; así como en hidratos de carbono, de los cuales azúcares; proteínas y sal. Una asignatura pendiente actualmente en la UE es la declaración de azúcares añadidos dentro del capítulo de los cuales azúcares. En relación con la información voluntaria se puede añadir, también por este orden el contenido en grasa monoinsaturada y poliinsaturada, polialcoholes, almidón, fibra alimentaria, vitaminas y minerales.

 

Existen algunas excepciones a presentar etiqueta nutricional como en el caso de los alimentos que se presenten sin envasar para la venta al consumidor, los alimentos envasados en los lugares de venta a petición del comprador y los alimentos envasados por los titulares del comercio al por menor, para su venta inmediata. En el caso de la información nutricional, los complementos alimenticios y las aguas minerales naturales, como es lógico, no la tienen que incluir y no les aplica todo lo regulado sobre información nutricional contemplado en el Reglamento 1169/2011. En el primer caso es debido a que muchos de ellos o la gran mayoría, solo contienen uno o varios minerales y vitaminas y, en el segundo caso, lo que se explicita en el etiquetado es la composición mineralógica.

La información en la etiqueta se puede expresar de diferentes formas:

1. Por 100 gramos (g) o por 100 mililitros (ml), utilizando las siguientes unidades de medida:

2. Por porción

En este caso hay que especificar el número de porciones o unidades que contiene el envase, la cantidad de producto que contiene esa porción o unidad de consumo, y la porción o unidad de consumo que sea fácilmente reconocible para el consumidor.

3. Por % IR y por % VRN

El valor energético y los nutrientes de declaración obligatoria de los alimentos envasados se podrán expresar, de forma voluntaria, como porcentaje de las ingestas diarias de referencia (% IR) y, las vitaminas y minerales como valores de referencia (VRN), en ambos casos por 100 g o por 100 ml, siempre y cuando se supere el 15% de la VRN en alimentos sólidos y el 7,5% de la VRN en alimentos líquidos.

Las enfermeras representan el primer nivel de aplicación de cuidados en general, y de cuidados en alimentación y nutricionales en particular

Saber interpretar el etiquetado de los alimentos envasados es un elemento crucial en la formación del consumidor y las enfermeras comunitarias poseen las competencias para desarrollar actuaciones proactivas de prevención y promoción de la salud nutricional, mediante intervenciones educativas, tanto individuales como colectivas. Asimismo, son los profesionales de referencia para promover cambios de estilo de vida orientados a la salud a través de la educación alimentaria, consejos dietéticos y de sostenibilidad.

Carmen Martín Salinas es enfermera. Presidenta y cofundadora de ADENYD (Asociación de Enfermeras de Nutrición y Dietética). Profesionalmente, se ha desarrollado como profesora del Departamento de Enfermería de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Madrid (jubilada actualmente). Tras la realización de un Máster Oficial en Docencia Universitaria, su trayectoria académica ha estado orientada, fundamentalmente a la innovación docente, sobre todo en el área de los cuidados nutricionales.

En su trayectoria de más de 30 años como docente destaca la participación en varios proyectos de innovación educativa (propios y como colaborador), la presentación de trabajos en congresos nacionales e internacionales y la publicación de más de 50 artículos en revistas científicas, tanto relacionadas con los cuidados nutricionales como con la metodología docente. Con el desarrollo de la formación on line, ha dirigido y participado en varios cursos de cuidados nutricionales en los últimos años.

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Referencias

Vidal Marín M M, Díaz-Santos Dueñas A, Jiménez Serrano C, Quejigo García J. Modificación de ciertas actitudes frente a la alimentación en estudiantes de enfermería tras cursar la asignatura de nutrición y dietética. Nutr. clín. diet. hosp. 2012; 32(1):49-58

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